La lubina es sinónimo de lujo y exquisitez absoluta. Es uno de los pescados más preciados y, además, uno de los más reclamados del mercado, ya que, al ser un valor seguro en la cocina, nunca pasa de moda.
Su delicioso y elegante sabor la convierten en la candidata perfecta para protagonizar platos de ocasiones especiales, como bodas, o cenas navideñas.
En pescaderías mayormente encontraremos lubinas de piscifactoría, de tamaño pequeño y de precio moderado, aunque, la más preciada es la lubina salvaje.
Lamentablemente, la picaresca está al orden del día en casi todos los ámbitos de la vida, y algunos productos comestibles, como este caso, tampoco se libran de sufrirla.
Si queremos evitar que nos engañen, podemos prestar atención a ciertos detalles de la lubina, para diferenciar una salvaje de una de piscifactoría.
Las escamas de la lubina salvaje son muy brillantes y están perfectamente alineadas, mientras que las de las lubinas de piscifactoría no, debido a los roces que sufren unas contra otras, y, además, su color es más blanquecino.
El hacinamiento en el que viven y el roce con otros ejemplares provocan que las lubinas de piscifactorías tengan más irregularidades en su cuerpo que las salvajes, además, de su tamaño, que suele ser menor.
La lubina, sea de piscifactoría o salvaje, lo cierto es que es un pescado ideal para cualquier dieta, ya que, su aporte calórico es bajo, pero su aporte protético alto y, además, es fuente natural de omega-3, minerales y vitaminas.
Hay múltiples formas de cocinar este exquisito pescado, sin embargo, una de las más populares (y sanas) es al horno con patatas.
Hay infinitas recetas de lubina al horno con patatas, sin embargo, en esta ocasión, os presentaré una receta sencilla de elaborar, pero muy sabrosa, ideal para los que os atrevéis a cocinar lubina por primera vez.
En esta ocasión, os presento una receta para dos personas, para la que necesitaremos unos 600 gr de lubina ya limpia (un par de filetes de unos 300 gr cada uno), unos 600 gr de patatas, un tomate grande y una cebolla amarilla o cebolla vidalia.
Las patatas ideales para asar a horno (o en panadera) son las patatas de Kennebec o también las patatas Spunta.
En cuanto al tomate, podéis utilizar el que más os guste, pero que sea de temporada y de la mejor calidad posible.
Las variedades de cebolla que mejor funcionan en este delicioso plato son la cebolla amarilla o cebolla vidalia.
La cebolla amarilla tiene un sabor suave, pero con un regusto picante. Es ideal prácticamente para todo tipo de platos, tanto para consumir en crudo como cocinada.
La cebolla vidalia a menudo se confunde con la anterior, sin embargo, su aspecto es mucho mas chato. Es una cebolla que tiene un sabor mucho más dulzón.
Para aromatizar este plato necesitaremos aceite de oliva virgen extra, ajo en polvo, un limón, orégano y una ramita de romero, además de sal y pimienta.
Ingredientes para cocinar lubina al horno (para 2 personas)
- 600 gr de lubina ya limpia y fileteada
- 500 gr de patatas
- 1 cebolla amarilla o vidalia
- 1 tomate grande
- Ajo en polvo
- Orégano
- Romero
- 1 limón
- Sal y pimienta
Como cocinar lubina al horno (para 2 personas)
1. Marinamos la lubina
Colocamos los filetes de lubina sobre un recipiente ligeramente hondo, como una fuente pequeña.
Les añadimos el jugo de un limón, una pizca de sal, un toque de pimienta y ajo en polvo al gusto.
Estos ingredientes, como siempre, son variables y moldeables a tus gustos personales, pero esta mezcla que os propongo funciona muy bien.
Dejamos la lubina marinándose al menos durante 30 minutos dentro de la nevera. Mientras tanto, nos vamos a poner manos a la obra con el resto de ingredientes.
2. Preparamos las patatas
Pelamos las patatas con ayuda de un pelapatatas. Es una herramienta que facilita y agiliza enormemente esta tarea y, además, ayuda a que desperdiciemos la mínima cantidad posible de patata.
Una vez peladas, nos aseguramos de que no tienen ninguna mancha negra o grisácea; de lo contrario, se las quitamos con ayuda de un cuchillo.
Preparamos un cuenco amplio con agua y sumergimos en el las patatas. Este es un truco famoso de siempre que evita que las patatas se estropeen y, además, ayuda a que suelten el exceso de almidón.
Picamos las patatas en rodajas finas y las sumergimos de nuevo en agua, a medida que las vamos pelando. Podéis hacerlo en el mismo cuenco, si es lo suficientemente amplio, o en uno diferente.
Cuando hayamos pelado todas las patatas las reservamos dentro del cuenco con agua.
3. Preparamos la cebolla
Primeramente, precalentamos el horno a 200º con calor por encima y por abajo, ya que pronto necesitaremos utilizarlo.
Pelamos la cebolla, la partimos por la mitad y la cortamos en trozos.
Podemos elegir, entre cortarla en brunoise (que es lo que yo os recomiendo), es decir, en trozos muy pequeños, o en juliana, es decir, en pequeñas tiras. Reservamos la cebolla.
Si cocinas habitualmente, y entre los ingredientes que más utilizas está la cebolla, te recomiendo hacerte con alguna herramienta para facilitar su corte.
4. Picamos el tomate
Lavamos y secamos el tomate. Le retiramos el pedúnculo y el estigma. Lo partimos por la mitad y lo cortamos en pequeños trozos.
Podéis elegir entre utilizar la pulpa o no. Reservamos el tomate.
5. Toque de horno a la lubina
Este paso es imprescindible y, debemos hacerlo de la forma más sencilla posible.
El tiempo de horneado de la lubina, del tomate, de la cebolla y de las patatas es diferente entre sí, por lo que, si metemos los 4 ingredientes juntos al horno durante el mismo tiempo, seguramente nos encontremos con una lubina en su punto, pero unas verduras tirando a crudas.
Para evitar que ocurra esto daremos un horneado extra a las verduras.
Escurrimos las patatas y les añadimos una cucharada de aceite, sal y pimienta. Colocamos las patatas en el fondo de la fuente, sin que se amontonen y formando una especie de lecho.
Aliñamos el tomate. Para ello recomiendo utilizar una cucharada de aceite, un toque de pimienta y orégano. Colocamos el tomate por encima de las patatas y, añadimos la cebolla.
Metemos la fuente al horno durante 25 minutos.
6. Añadimos la lubina
Con ayuda de unas manoplas, y, con cuidado de no quemarnos, retiramos la fuente del horno y colocamos los filetes de lubina por encima de la cebolla. De forma opcional, recomiendo añadir una ramita de romero fresco.
Volvemos a meter la fuente en el horno y bajamos la temperatura a 170º. Mantenemos los ingredientes dentro del horno durante 20 minutos más.
7. Para terminar con nuestra lubina al horno
Retiramos la lubina del horno con cuidado de no quemarnos y dejamos que el plato se enfríe encima de la encimera.
Recomiendo comer este plato a la cena, ya que es muy ligero y sabroso, pero también funciona de maravilla como primer plato.
Que rico probaré a hacerlo, en mi receta le echo un poro de limón https://www.rociococinaencasa.com/lubina-al-horno/ por si quieres darme algun consejo. JEJE gracias