Son las reinas de las dietas y de los menús saludables, y casi de forma automática se asocian con un plato ligero formado esencialmente por verduras.
La ensalada clásica (la de toda la vida) efectivamente se compone exclusivamente de verduras: lechuga, tomate y cebolla. No obstante, ni todas las ensaladas son hechas exclusivamente de verduras, ni tampoco todas son tan ligeras como pensamos.
Una regla no escrita sobre las ensaladas es que, si buscas la ensalada perfecta, ésta no debe llevar más de cinco ingredientes, siendo tres de ellos verduras, a poder ser de diferente color; el cuarto será un ingrediente de origen animal (pollo, pavo, atún) y el quinto será tu ingrediente favorito, ese que tu creas que no puede faltar en una ensalada: queso, frutos secos, semillas, frutas etc. Siguiendo esta regla, seguro que se te ocurren unas cuantas combinaciones ideales para degustar.
Un ingrediente que cada vez gana más peso a la hora de realizar las diferentes recetas de ensaladas son las legumbres. La ensalada de arroz y la ensalada de garbanzos son dos de las opciones favoritas por los amantes de la healthy food, y no es de extrañar, ya que, si añades legumbres a la ecuación ensaladera, puedes formar un plato saludable, delicioso y con un alto poder saciante.
Las salsas y vinagretas juegan un papel importante en las ensaladas. El aliño tradicional (aceite, vinagre y sal) combina con casi todas las recetas y variantes posibles de este plato. No obstante, hay algunas ensaladas que piden a gritos una determinada salsa o vinagreta: la salsa rosa combina a la perfección en ensaladas de pasta, especialmente en aquellas que llevan atún, gambas o cangrejo. Aquellas ensaladas que contienen huevo y pollo, normalmente agradecen un toque de mayonesa. Por el contrario, las que llevan carnes como jamón york suelen combinar con casi cualquier salsa.
Las vinagretas son una opción más ligera que las salsas. Una de las más conocidas es la vinagreta de mostaza y miel, que queda bien en casi cualquier ensalada.
Ponte manos a la obra y conoce las múltiples formas de combinar ingredientes cotidianos para obtener un plato sano sin renunciar a todo el sabor de una buena receta.